Por Alí Ayala García
El cielo ligeramente despejado daba a entender que aún no estábamos en la calma después de la tormenta. Y esto era porque luego de las intensas lluvias que sufrieron distintas localidades de Buenos Aires y Santa Fe la ardua tarea de las familias damnificadas por regresar a la normalidad recién estaba empezando.
En el centro de Luján, este fin de semana, los vecinos empezaron a realizar las labores de limpieza de sus casas y de los centros comerciales que estuvieron inundados en los últimos días luego de una semana de fuertes precipitaciones.
La renombrada basílica de fina construcción gótica empezó a recuperar de a pocos su esplendor con la ayuda de los trabajadores de limpieza municipal y allegados a la congregación de la virgen de Luján.
Sin embrago, a unos escasos kilómetros de distancia y pegado al río, el barrio La Loma seguía en escombros y las casas evidenciaban el deterioro causado por la inclemencia del tiempo.
En este barrio muchas familias quedaron, literalmente, en la calle luego de que la semana pasada el río se desbordara y el agua entrara a sus casas llegando a un nivel de más de un metro. Las huellas de humedad en las paredes atestiguan este evento infortunado.
Georgina Britez, de 24 años de edad, vive en una de las casas de la zona con diez personas más, entre niños y adultos. Ella es cocinera y por lo ocurrido no ha podido dejar su casa para ir a trabajar. “El lunes en la madrugada el agua entró a toda la casa y me llegaba hasta la altura del pecho. Todas las cosas, ropa, zapatos y mantas estaban flotando. Ahora todo quedó inservible y el problema es sacar todo el barro”, explicó señalando los ambientes de su casa y avanzaba hundiendo sus botas en el lodo que estaba por todos lados.
Esta y otras familias se refugiaron en sus techos o en los primeros pisos de sus casas. Luego de que subió el agua no pudieron salir por varios días y fueron alimentados por los vecinos y bomberos, quienes posteriormente los ayudaron a salir.
La vecina Alicia Del Carmen, 45 años, es ama de casa y recuerda con mucho dolor la inundación. Ella, su esposo y sus dos niñas de 8 y 2 años de edad salieron de su casa con algunas prendas de vestir, mantas y un carpa, lo único que pudieron rescatar.
“Ahora estoy viviendo en una carpita en el patio de una vecina. Tengo miedo por mis hijas porque están pasando frío y están con las ropas húmedas. Mi esposo trabaja descargando bolsas de harina y recién hoy, que se detuvo las lluvias, pudo ir para conseguir unos pesos”, contó Alicia.
En este barrio es recurrente ver la rostros cansados y preocupados de los vecinos. A la leve llovizna es inevitable que entren en un sobresalto esperando lo peor. Sin embargo, según el servicio de meteorología, ya no ocurrirán lluvias de la misma intensidad de la semana pasada.
Para el vecino José Coria, 43 años, estos incidentes están ocurriendo desde hace tres años. Él vive en esta zona desde niño y recuerda que, si bien la cercanía a la rivera los tiene expuestos a los desbordes, el agua nunca había llegado a desplazarse tanto. “Yo creo que estos problemas se deben a que cuando construyeron los countries del otro lado del río desviaron los canales hacia acá”, detalló.
La sociedad civil se ha sensibilizado con la situación las familias afectadas y han realizado donaciones. Sin embargo, como se pudo constatar, muchos donativos llegan solamente hasta los centros de evacuados y no a los barrios afectados, en donde hay muchas familias que no han podido dejar sus casas por intentar recuperar lo poco que les quedó. Y tampoco pueden movilizarse porque cuidan de sus hijos. Es por ello que la ayuda debe continuar porque no se tiene certeza de cuánto tiempo demande la reconstrucción de sus viviendas y sus vidas.
Desde Mensajeros de la Paz teniendo en cuenta que la gente que más necesita esta en los barrios y no ha recibido ayuda aún, estamos llevando adelante la Campaña de Ayuda a los damnificados porque luego del momento crítico muchos son olvidados y los medios dejan de cubrir la noticia. Es por ello que necesitamos de TU GRANITO DE ARENA para restituir el derecho a una VIVIENDA DIGNA, permitir que este regreso al hogar sea lo menos traumático posible y que puedan volver a sus vidas normales.
Necesitamos que 4000 personas donen $20, que 1600 donen $50 o que 800 donen $100 para acercar ayuda concreta al retorno al hogar.
Doná ahora lo que puedas y sientas. Doná para hacer refacciones, comprar muebles, electrodomésticos, artículos de limpieza e higiene.