Elegí contar la historia de una casa y sus eternos cambios, y de cómo en cada rinconcito se esconden historias, memorias y secretos.
Un terreno grande, una habitación, un bañito y una cocinita. El fuego y la sopa, la mesa y las dos sillas, el comienzo de las ilusiones.
El tiempo lo cambia todo, las habitaciones, el mismo baño, la cocina la mesa y sus cuatro sillas, y el infaltable pucherito, el patio con sus grandes macetas y las flores alegrando nuestras vidas.
Los años pasan, los recuerdos quedan. La casa ya es grande, como yo. Ya no hay terreno, la mesa es más grande, los chicos corren, gritan, los demás hablan, discuten de futbol, los adolescentes juegan con sus tablet.
Tanto ha cambiado la estructura, algunos han partido, pero las ilusiones de todos, no importa la época vivida, perduran por siempre.
Así como este pequeño lugarcito, ha cambiado también el afuera, ya no hay largas calles de tierra, no hay pequeñas casitas, no hay pequeñas historias. Todo ha crecido, todo ha mejorado… o tal vez no?
Ilusiones ayer, ilusiones hoy, ilusiones siempre.
Olga Meneses